Predicas para Jovenes

lunes, 17 de mayo de 2010

MEDITACION - Si siente que camina en un desierto

Si siente que camina en un desierto...!!

Taminango es un pueblecito humilde y dominado por la miseria, al sur de Colombia. Las casas de cartón, de láminas y de madera, evidencian que las personas que las habitan son extremadamente pobres. Pero lo más dramático es el enorme desierto que hay en la zona. Hace muchos años no cae una gota de agua. La tierra no produce nada. Las gentes se mueren de hambre.

Ante la gravedad de esta situación, sus habitantes han optado por salir a la carretera más próxima a pedir la ayuda de los pasajeros y conductores de los vehículos de carga. Extienden sus manos, y en casos extremos, se hacen acompañar de sus hijos, evidentemente enfermos y en desnutrición.

Los desiertos son terribles...El problema afecta cerca de un centenar de países de zonas geográficas tan diversas como china, Senegal, Turquía, Chile, Cuba, Yemen y el Líbano. Más de cien países de los cinco continentes y una superficie total de 3.600 millones de hectáreas, están amenazadas por la desertización, alertó recientemente la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.

Pero ahora, vamos al plano práctico...¿Su vida espiritual es un desierto?

Los desiertos del cristiano

Los desiertos son más frecuentes de lo que imaginamos. ¿Se ha sentido desanimado?¿Considera que no vale la pena seguir orando?¿Ir a la iglesia ya no tiene sentido para usted?¿Ha pensado que el cristianismo es una mera forma de expresar una bondad y amor que no se viven? ¿Considera que quienes le rodean son un hato de hipócritas? Si sus respuestas son afirmativas como mínimo para dos de los anteriores interrogantes, lo más probable es que está atravesando por un prolongado desierto espiritual y emocional.

La Biblia dice que Dios convierte los desiertos en manantiales. "Vuelve el desierto en estanques de aguas, y la tierra seca, en manantiales” (Salmo 107:35). Dios transforma las crisis que atravesamos. ¿Cómo lo hace? De una forma especial, como sólo El sabe hacer las cosas. Su fuerza y su poder operan cambios sorprendentes en la existencia de las personas.

¿Qué se necesita? Dependa de El. Los seres humanos fallamos, pero nuestro amado Creador jamás nos dejará abandonados. Decídase: si está atravesando una crisis, confíesela a El y puedo asegurarle que las cosas no serán iguales desde ahora.



Autor: Pastor Fernando Alexis Jiménez
Ministerio: Heraldos de la Palabra

MEDITACION - ¡Usted nació para vencer...!

¡Usted nació para vencer...!

Eric Welnenhmayes sintió que el frío calaba lo más profundo de su ser. La brisa golpeó su rostro, semicubierto con lonas. Había alcanzado una hazaña: llegar a la cima del Everets. Si, es cierto que ya otros lo han logrado, pero en el caso de Eric es diferente, porque él no puede ver. Palpó la bandera que ondeaba libre, a semejante altura. “¿Descendemos ya?”, preguntó a sus ayudantes. “Sí, es tiempo de partir...”, y comenzaron el lento descenso, rodeados por la nieve.

Eric conquistó un sueño, por esa razón la emoción que sintió en aquel momento no se puede describir con palabras. ¡Es el único invidente, en toda la historia, que logra llegar tan alto!.

Contra la adversidad

Al principio creyeron que estaba loco. Recibió críticas, burlas y respuestas cargadas de desdén cuando pidió ayuda y patrocinio para materializar su anhelo. Por fin, después de superar sinnúmero de obstáculos, asistido por varias personas que le guiaban, alcanzó su meta. ¡Una auténtica proeza que engrandece el espíritu de quienes se erigen como vencedores en la humanidad!

Como él, otras personas que no pueden ver, vencieron sus limitaciones físicas para coronar sueños que parecían una locura. Aunque enfrentaban la ceguera, lograron los sueños de su corazón.

Usted puede lograr propósitos que, en apariencia, suenan inalcanzables. La Biblia dice: "Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón. Encomienda al Señor tu camino; confía en él, y él actuará”(Salmo 37:4-5. Nueva Versión Internacional).

Permita que Dios obre en su vida, que opere esa poderosa transformación que le tornará una nueva criatura, y comience a pensar y actuar como lo que usted es: Un vencedor...¡Dios está a su lado!



Autor: Pastor Fernando Alexis Jiménez
Ministerio: Heraldos de la Palabra

MEDITACION - ¡Arroje esa carga de culpa...!

¡Arroje esa carga de culpa...!

El cartel lucía irónico frente a la casa: “Peligro, aquí vive un agresor sexual. Si ve un comportamiento sospechoso, llame al siguiente teléfono...”. Las letras rojas y negras resaltaban en el tablero de madera con fondo blanco. Contrastaban con una planta de rosas a medio crecer, en el portal. ¿El lugar? El pequeño poblado de Corpus Christi, en Texas, Estados Unidos de América.¿La razón? El letrero forma parte de la condena que le impuso un juez a catorce exconvictos. “La idea es que todo el mundo los mire” dijo el juez a una cadena internacional de televisión, al defender su sentencia.

Pero mientras él lo ve desde esa perspectiva, para John Robert L., la decisión judicial es una verdadera pesadilla. “Hace cinco años que cometí ese delito, y todavía me señalan. Mi esposa y los niños reciben constantes insultos”, opina. Han contemplado la posibilidad de mudarse de barrio, pero lo más probable es que allá les cobije la medida.

Desde 1997 la legislación estableció en Texas que los jueces pueden ordenar a los condenados por ofensas sexuales que se registren en agencias policiales de su localidad para que sus nombres, fotografías y delitos, sean colocados en Internet....

Arrastrando el oprobio y la culpa

Al igual que los protagonistas de esta historia, millones de personas en todo el mundo arrastran el oprobio, la culpa y una pesada carga de conciencia. Les agobian sus pecados, la falta de amor hacia los demás, el rencor, la envidia y la sensación permanente de fracaso. ¿La razón? Todavía no han comprendido ni aceptado el perdón que nos dio nuestro amado Señor Jesucristo en la cruz.

Puede que usted lleve un buen tiempo en la iglesia, que sea líder de su congregación, pero si persiste en su ser el desasosiego, una “señal” de culpa que siente le acompaña donde va y no lo deja vivir en paz, es porque aún no ha aceptado el perdón de nuestro amado Jesús.

¿Recuerda a los dos condenados a la cruz, que estaban junto al Señor Jesús? Enfrentaban el mismo destino: la muerte. Uno de ellos, en los umbrales del más allá, aceptó el perdón: “Luego dijo: Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino”,”Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”, le contestó Jesús” (Lucas 23:38-43 Nueva Versión Internacional)

Cuando volcamos todo lo que hayamos hecho en el pasado, delante de Dios, El nos quita la carga de los hombros. Nos perdona sin recriminaciones. Nos acepta tal como somos. Cuando vamos a El, Jesucristo nos recibe. Ese es el secreto de poder caminar en paz, tanto espiritual como material. Sin temor a un dedo acusador. Sabemos que Dios nos perdonó, y eso basta...El reo de muerte, junto a Jesús, lo hizo...y recibió una nueva oportunidad...



Autor: Pastor Fernando Alexis Jiménez
Ministerio: Heraldos de la Palabra

MEDITACION - ¿Está preparado para morir?

¿Está preparado para morir?

¿Cuál sería su reacción si un día cualquiera --cuando menos lo espera-- llega una notificación a su casa de que en pocas horas morirá?¿Está preparado para morir e ir a la presencia del Señor?

Esa experiencia la vivió uno de los reyes más famosos de Israel. Las Escrituras dicen que “Por aquel tiempo, Ezequías cayó gravemente enfermo, y en profeta Isaías, hijo de Amoz, fue a verlo y le dijo:”El Señor te dice:”Da tus últimas instrucciones a tu familia, porque vas a morir; no te curarás” (y un poco más adelante explica que: “y lloró (Exequias) amargamente”( 2 Reyes 20:1, 3b).

¿Estás listo?

La muerte es inevitable. Es un paso que ni usted ni yo podemos eludir. Tarde o temprano deberemos comparecer ante el Creador, y emprender el viaje sin retorno. ¿Está usted preparado? Si no lo está, acompáñeme en estos sencillos pasos para que, cuando llegue la hora de partir, lo haga sin temores y en la certeza de dónde pasará por siempre en la eternidad.

Primero, invite a Jesucristo a su corazón. El dijo “Les aseguro que quien presta atención a lo que digo y cree en el que me envió, tiene vida eterna; y no será condenado, pues ya ha pasado de la muerte a la vida” (Juan 5:24 Versión Popular Dios habla hoy). Si Jesucristo mora en su corazón, no importa el día ni la hora. Usted irá a Su presencia para estar con El por la eternidad. Irá en paz, porque sabe que al final del umbral de la muerte estará Jesús esperándole....

Segundo, déle gracias a Dios por cada nuevo día. El sol que brilla, los colores, las flores, la gente que está cerca de usted, son un espectáculo que puede apreciar con sus ojos; las voces, los sonidos, una riqueza indescriptible que percibe al oír...y así todos los sentidos: perciba el mundo que le rodea, vibre con el...tal vez el mañana nunca llegará, y en el momento de partir no se irá con la nostalgia de no haber vivido plenamente.

Tercero, no se preocupe por el mañana. El señor Jesús lo dijo claramente: “No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas” (Mateo 6:34).

Viva el hoy, conforme Dios lo quiere. Usted no sabe si llegará al mañana. Por esa razón, viva para Cristo cada nuevo día, como si fuera el último. Ser cristiano no es sinónimo de amargura o caras largas. Ría, goce de cada instante, que su vida cristiana esté llena de fe y de optimismo. El desánimo y las preocupaciones roban la posibilidad de vivir...No se desespere ¡Jesucristo le ama y está siempre a su lado!...



Autor: Pastor Fernando Alexis Jiménez
Ministerio: Heraldos de la Palabra

MEDITACION - ¡Todavía hay una nueva oportunidad!

¡Todavía hay una nueva oportunidad!

En el país de la imaginación alguien apareció con una extraña enfermedad: perdió las ganas de vivir. El síndrome iba acompañado por la imposibilidad de soñar, de sonreír, de tener ilusiones y forjarse metas. Los medicamentos que le prescribió el doctor no sirvieron. Lo grave es que el mal se contagió con una rapidez extraordinaria. Hombres y mujeres comenzaron a presentar los síntomas.

Nadie volvió a sonreír ni tampoco a tener ilusiones. El panorama se tornó gris. “No vale la pena vivir”, dijo uno. “Yo siento lo mismo” admitió otro. El sol ya no era el mismo. Su luz parecía opaca. Todo lucía monótono, sin sentido. El contagio fue masivo.

Un día cualquiera Don Fulano rompió los esquemas. Llegó sonriendo. Su rostro evidenciaba vivacidad. Estaba radiante. “Jesucristo transformó mi vida” repetía a todos. Dios había operado un milagro en su existencia, lo que no había logrado la ciencia. Por esa razón sonreía de nuevo.

“Esta loco” decían muchos. Como ellos no podían sonreír, aunque fuera para burlarse de Don Fulano, se limitaban a dirigirle miradas de rechazo. Lo marginaron. Le criticaron por todo lo que hacía, pero él seguía sonriendo a pesar de que todos a su alrededor estaban tan acostumbrados a la amargura, que una sonrisa les parecía algo ofensivo o fuera de lo normal. A Don Fulano y a los pocos que se contagiaron con la sonrisa, les tocó asumir que estaban nadando contra la corriente.

Podemos cambiar el mundo

Usted y yo somos como Don Fulano. Nuestra fe en Jesucristo va en contra de lo establecido en la sociedad. Sometidos a críticas y desplantes pero dispuestos a seguir adelante. Ya nos acostumbrados a eludir la enfermedad del desánimo. Nos resta seguir adelante, con fe, con optimismo, con entusiasmo...

Su vida puede ser diferente. Jesucristo puede transformarla. Hoy es el día para que comience a escribir la página en blanco de una nueva vida. El divino maestro dijo: "...yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia” y también ”Jesús le dijo: Yo soy el camino, la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mi” (Juan 10:10 y 14:6).

¿Quiere comenzar de nuevo? Adelante... hoy es el día...



Autor: Pastor Fernando Alexis Jiménez
Ministerio: Heraldos de la Palabra

MEDITACION - ¿Recuerdas de dónde te sacó Dios...?

¿Recuerdas de dónde te sacó Dios...?

Volvieron a la casa paterna de la niñez. Allí, frente a ellos, se erigía la humilde casa de guadua, barro y tejas. Alrededor, ranchos a punto de caer. Pobreza, miseria, escasez absoluta de lo más elemental. Niños semidesnudos corriendo por la única vía de acceso, sin asfalto, pedregosa, larga y aburrida. “No puede ser, papá. ¿Aquí vivimos? Parece imposible”.

Omaira, la hija menor, no salía de su asombro. Seguía si comprender la enorme brecha entre aquellos años de marginalidad, en condiciones inverosímiles, y el hoy, cuando las cosas eran diferentes y el futuro lucía prometedor.

“Estos fueron nuestros comienzos. Sufrimos mucho con tu madre. Clamamos a Dios, y El, en su infinita misericordia, nos ayudó a salir adelante”, explicó el padre. Sus dos hijos guardaban silencio. En el baúl de los recuerdos estaban vivas las imágenes de los momentos en que corría por aquél patio de tierra, descalzos, bajo el sol abrasador del mediodía.

Historia de superación, desde la fase de trabajar duro y recoger cebollas en los cultivos, la iniciación en el periodismo respondiendo a una íntima vocación, hasta el día en que el Señor le llamó al ministerio pastoral...Recuerdos...largos años en el Seminario, lucha, ascenso despacio pero seguro en las manos de Dios...Y cuando le dejamos que obre, el Creador nos abre las puertas a una nueva vida...

Cuando todo vaya bien...

Cuando estés volando en nuevas alturas y las cosas vayan bien, no olvides ni te desprendas de Dios, que nos permitió salir adelante. Su Palabra dice: “Me sacó a lugar espacioso; me libró, porque se agradó de mí” y también: “Mis ojos están siempre hacia Jehová, porque él sacará mis pies de la red” (Salmos 18:19 y 25:15).

Cuando la autosuficiencia quiera embargarte, está bien volver atrás las páginas de nuestra vida, como este padre, y hurgar en el viejo álbum de nuestra vida del antes --cuando no éramos nada-- y evaluar de dónde nos sacó Jesucristo. Es tiempo de volver a Dios... Hoy es el día...



Autor: Pastor Fernando Alexis Jiménez
Ministerio: Heraldos de la Palabra

MEDITACION - El niño que vende rosas junto al semáforo

El niño que vende rosas junto al semáforo

Pablo vende rosas. Rojas, blancas, amarillas, rosadas. Tiene doce años. Se ubica todas las mañanas junto al semáforo, en el barrio Los Álamos, al norte de Cali. Sus ojos revelan inocencia, ternura e incluso sueño. “Rosas, rosas, baratos los ramos” pregona. “Para la esposa, para la novia, para la amiga...”. La misma rutina todas las mañanas, cuando el sol despierta perezoso sobre nuestra ciudad.

Si, yo se: en su país, ciudad y barrio también venden rosas. Estamos de acuerdo en ese punto, pero sobre lo que deseo llamarle la atención es sobre el drama que hay detrás de Pablo. Es apenas un adolescente. Lo ideal es que hiciera lo propio de un niño de su edad. Jugar, soñar, disfrutar del calor de su hogar y responder a los compromisos escolares.

Nuestro amado Señor Jesucristo expresó su amor por los niños: “Mas Jesús, llamándolos, dijo: “Dejad a los niños venir a mí, no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él” (Lucas 18:16-17).

Los Pablos que hay en todas partes

Tal vez usted no puede hacer nada por Pablo. Quizá está lejos de sus posibilidades. Sin embargo, cerca de usted tiene a muchos Pablos...Sus hijos, sus hermanos, sus sobrinos...¿La tarea? Dejarlos que vivan a plenitud la niñez... Crear las condiciones propicias para que disfruten cada instante. Estos hermosos recuerdos del amor, la tolerancia, la comprensión que le ofrecieron sus padres, jamás se borrarán de su mente...Un abrazo, una frase de estímulo, un regalo, son semillas que germinan...Y de paso, sirve de base para que él mismo sea un buen padre, un buen hermano y un mejor amigo...

Es posible que al leer sobre Pablo, el niño que vende rosas, reflexione que es el fiel retrato de su vida o de su familia. Reconoce que no ha sido un buen padre. Esa situación puede cambiar,. Dios quiere transformar su existencia y la de su familia.



Autor: Pastor Fernando Alexis Jiménez
Ministerio: Heraldos de la Palabra

MEDITACION - ¿Qué guardas en tú corazón?

¿Qué guardas en tú corazón?

Por fin lo encontró. Fue al atardecer de un viernes, cuando terminaban de jugar un partido de futbolito en la cancha del barrio. Iba bajando por el sendero estrecho de la ladera, el mismo que bordeaba las casitas de adobe y ladrillo a la vista que a duras penas se sostenían, como testimonio de que la miseria también sobrevive a la adversidad.

--Sabes que mi mayor anhelo es terminar, aquí, ahora, todo lo que inició hace años—le dijo.
El joven lo miró. Sonrió.

--No estamos en tiempo de venganzas—, le respondió, exento de todo espíritu de rencor.

--¿Y nuestro asunto pendiente?—inquirió de nuevo.

--No se a qué te refieres…--intervino, de nuevo con calma absoluta.

--La muerte de tu hermano… pensé que querías tomar sangre por sangre… y si lo maté, fue por que él me atacó primero…--se disculpó.

--Ya te dije… no hay de qué hablar en ese asunto… ya te perdoné… es todo. Si me perdonas, te dejo. Voy camino a casa. Me esperan Lorena y mi hijita--. Le estrechó la mano y emprendió el descenso.

Meses antes, el asunto hubiese sido distinto. Con sangre hubieran zanjado la diferencia. Pero ahora, limpio su corazón, no albergaba rencor alguno. El Señor Jesucristo había hecho la obra. Estaba totalmente sano.

¿Has guardado tu corazón?

Aunque no prestemos atención, reviste mucha importancia el asunto de saber de qué estamos alimentando nuestro corazón. De acuerdo con la Biblia, puede ser fuente de bendición, de acciones positivas y enriquecedoras para nosotros y para los demás, o por el contrario, la cuna de maldición, de tristeza y amargura.

El rey Salomón puso de relieve este aspecto al instruir: “Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida” (Proverbios 4:23. Nueva Versión Internacional).

Millares de personas viven con un corazón enfermo. No, no me refiero a problemas cardiovasculares sino del alma. Con un mal que no curan ni alivian los medicamentos. Por eso, si descubres que hay tinieblas dentro de ti, hoy es el día de entregar todos esos sentimientos encontrados en manos del Señor Jesucristo y de permitirle que trate con todo tu ser…



Autor: Pastor Fernando Alexis Jiménez
Ministerio: Heraldos de la Palabra

MEDITACION - ¿Es amor lo que damos a los niños?

¿Es amor lo que damos a los niños?

A Jacinto la idea de jugar con carros imaginando que se trata de enormes tractocamiones, sólo le dura segundos. Los mismos que toman las imágenes de televisión en transmitirlos, en el horario infantil de los domingos. Es el único día que descansa. Los demás días de la semana, está trabajando.

Apenas despierta el día, sale de casa. Lo acompaña una tela roja que tercia a sus hombros y un balde con agua. Son sus herramientas. Él lava autos en una estación de gasolina de Miraflores, en un costado privilegiado de Lima. Lo hace desde que tenía seis años. Hoy cumplió los diez.

No estudia. Por supuesto, ha soñado cómo sería dibujar en cuadernos con crayolas de colores. Pero apenas se lo dice a su madre, recibe una recriminación. “No te das cuenta que somos tan pobres que no tenemos derecho siquiera a pensar en el estudio”, le dice mientras le apura a entregar lo que ganó en la jornada.

Un día que quiso quedarse con algo del dinero, la mujer lo golpeó tan fuerte que dejó profundas marcas en su espalda. A duras penas llegó al estacionamiento.

Jacinto se resignó a su realidad pero tiene el firme propósito de huir, apenas tenga oportunidad de sostenerse por sus propios medios. Un amigo le explicó que yendo hacia el norte, encontrará el Aeropuerto Jorge Chávez y que, si no abandona su ruta, devorando kilómetros en la autopista panamericana, conocerá Virù, Alto Salaverry, Trujillo y Chepen. Él sueña con ser libre.

Una historia que se repite

En Latinoamérica hay muchos Jacintos. Son niños. Trabajan. Sus padres les robaron el derecho a la infancia. Les cambiaron los juegos por el trabajo. O tal vez los maltratan. Quizás los golpean muy duro en vez de aplicarles una disciplina justa. Probablemente les repiten que no sirven para nada.

Hay muchas formas de expresarles rechazo y sembrar en sus corazones la semilla para la derrota. No sólo es ponerles a trabajar, también ponerles bajo escarnio o impedirles soñar, una manifestación tácita de maltrato. Es un fenómeno que se aprecia incluso en hogares cristianos. Pero, ¿es eso lo que quiere el Señor Jesús?

En absoluto. Cuando vamos al Evangelio encontramos que amaba la niñez: “Llevaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orara por ellos, pero los discípulos reprendían a quienes los llevaban. Jesús dijo: “Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos. Después de poner las manos sobre ellos, se fue de allí” (Mateo 19:13-15. Nueva Versión Internacional).

Si es padre de familia o hermano mayor, revise hoy cómo es su comportamiento con los niños. ¿Refleja el amor de Cristo al brindarles amor, cariño, tolerancia y comprensión? ¿Acaso es cruel con los pequeños? ¿Cuál es su forma de disciplinarlos? Hoy es el día para cambiar. Su familia puede ser diferente, si permite que Jesucristo aplique los cambios necesarios…



Autor: Pastor Fernando Alexis Jiménez
Ministerio: Heraldos de la Palabra

MEDITACION - ¿Piensa en los demás?

¿Piensa en los demás?

Era humilde. Llegó al barrio en una bicicleta. Antigua. Todos recuerdan que cuando pedaleaba, por la calle polvorienta, chirriaba lastimeramente, y no se podían explicar si era por falta de grasa en los piñones o porque sencillamente el deterioro—producto del paso del tiempo—era inevitable.

Lo único que traía era una caja de cartón y una Biblia cuyo estuche no cerraba y debía asegurarlo con una banda de caucho para que las hojas no salieran volando. Definitivamente era humilde. “Un pastor como eran los primeros cristianos”, se aventuró a decir el tendero a todo aquél que le preguntaba por el hombre que no desaprovechaba oportunidad para hablarle a todos acerca de Jesucristo.

Pero como en la novela “Metamorfosis” de Franz Kafka, el hombre sufrió una transformación. No fue en un abrir y cerrar de ojos, sino poco a poco, conforme la congregación iba creciendo.

De pronto era inaccesible a todos. Se encumbró. Debían pedirle cita. No permitía que nadie compartiera el mensaje dominical. Además, líder que comenzaba a descollar, lo sacaba de escena. A Joselìas porque lo consideraba fanático; a Luz Marina porque desafinaba en el coro; a Mateo porque no limpiaba bien las sillas y a María Luisa porque no inspiraba confianza cuando tomaba las ofrendas.

Un atardecer de viernes se fue. La denominación lo trasladó a otra ciudad. Él consideraba que el lugar era muy sencillo para él. “Fui llamado a predicar a las naciones”, solía repetir.

Olvidando a los inmediatos colaboradores

En opinión de mi abuela Mèlida, en el pueblecito de Vijes donde transcurrió mi adolescencia y juventud, el mayor mal de la humanidad no eran las enfermedades sino la ingratitud. Y el mayor daño lo provocaban no las agresiones sino la decisión de pasar por encima de los demás para llegar a la cumbre.

En el Evangelio leemos un relato que le invito a considerar: “Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose ante él y pidiéndole algo. Él le dijo: ¿Qué quieres? Ella le dijo: Ordena que en tu reino se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda. Él les dijo: A la verdad de mi vaso beberéis, y con el bautismo con que soy bautizado seréis bautizados; pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado por mi Padre. Cuando los diez oyeron esto, se enojaron contra los dos hermanos” (Mateo 20: 20-24).

La madre y sus hijos querían la mejor posición sin importar que los demás tuvieran iguales oportunidades. sólo querían ser ellos y nada más. Eran ingratos. Olvidaron a sus compañeros de ministerio, quienes muchas veces les brindaron su ayuda desinteresada.

¿Le suena familiar la situación? Sin duda que sí. Es probable que usted mismo haya actuado tomando ventaja hacia alguien. Pero llegó la hora de cambiar. Con ayuda del Señor Jesucristo es posible. Este puede ser el momento oportuno para emprender el cambio. Ánimo. Usted no está solo. El amado Hijo de Dios lo acompañará en cada nuevo paso.



Autor: Pastor Fernando Alexis Jiménez
Ministerio: Heraldos de la Palabra

MEDITACION - Conscientes de nuestro llamamiento

Conscientes de nuestro llamamiento

La aldea de Nigeria la componía un puñado de casas de barro y caña, con palmas en lugar de techo y una abertura pequeña que hacía las veces de puerta y ventana. Alrededor todo era desértico, salvo unos manchones de verde que anunciaban en la distancia, maleza o arbustos a medio crecer, sostenidos a duras penas por las lluvias que caían una que otra vez en el año.

Ese fue el territorio que le asignaron. Jamás pensó que ese punto distante de África fuera su destino. Cuando cursaba teología en un seminario de El Salvador, veía esos territorios muy lejanos a su realidad; conforme se adentró en el contenido del evangelio de Jesucristo, comprendió que era inminente ir en búsqueda de aquellas almas que se perdían por la eternidad sin la Salvación del Hijo de Dios.

La despedida en el aeropuerto fue emotiva. Le prometió a su madre que regresaría y como compromiso, le dejó su Biblia. “Cuando vuelva, me la entregas”, le dijo sonriendo mientras enjugaba las lágrimas de la mujer con sus manos. Volvió la mirada hacia su novia y se limitó a decirle, casi en un susurro, que ella debía comprender que aquella era su vocación.

A ciencia cierta, José María Obonaga no sabía si volverìa a ver tierras salvadoreñas. Sin embargo era consciente de su llamado. Mientras el avión se encumbraba y veía a lo lejos la ciudad y un poco más adelante montañas que desafiaban toda altura, llegó a reflexionar que tal vez era la última vez que disfrutaba del paisaje.

Su muerte se produjo tres meses después de llegar a la misión. Las autoridades atribuyeron el crimen a la acción de un médico brujo que interpretaba la presencia del predicador como una intromisión y creía oportuno quitarlo del camino. Le cegó la vida con un garrote y lo dejó ahogándose en su propia sangre. Aún así, fue fiel a Dios hasta su último instante.

Fidelidad hasta el último instante

Resulta sorprendente que muchos cristianos salen huyendo ante las primeras dificultades. Alguien les mira mal o rechazan un tratado cuando se lo ofrecen, e Interpretan el gesto como una persecución religiosa. ¡Santo Dios! Quien es consciente de su llamamiento, permanece firme y fiel a Cristo por sobre todo lo que se oponga.

Esa es la característica de un auténtico cristiano. El Señor nos lo enseñó y quedó registrado para la posteridad en el Evangelio: “Subiendo Jesús a Jerusalén, tomó a sus doce discípulos aparte en el camino, y les dijo: he aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte; y le entregarán a los gentiles para que le escarnezcan, le azoten, y le crucifiquen; más al tercer día resucitará”(Mateo 20:17-19).

Nuestro amado Salvador no se vio acorralado ni sucumbió a las emociones humanas que afloran cuando algo se sale de nuestro control. Si somos conscientes del llamamiento que nos hizo el Maestro, restaremos importancia a las críticas, a los ataques injustificados, a los errores que nos endilguen e incluso a las voces desatinadas que se atreven a decir que no tenemos vocación.

Adelante, recuerde siempre que a victoria nos llamó Jesucristo. Somos siervos de Su obra y por tal motivo, nos asiste la naturaleza de los vencedores.



Autor: Pastor Fernando Alexis Jiménez
Ministerio: Heraldos de la Palabra

MEDITACION - Un hombre justo en su generación

Un hombre justo en su generación

Un pueblo de mineros comparte dos características. La primera, que la convicción errada de que mañana, en cualquier momento, se hallará una veta de oro, lleva a que muchos mineros gasten el poco dinero que ganaron durante la semana, en trago y mujeres. El segundo, que tras jornadas de doce horas en los socavones, decidan entregarse al ocio, a las apuestas, a hablar toda suerte de cosas reprobables.

En un caserío así le tocó vivir a José Antonio. No había trabajo en La Paz, Bolivia, y decidió adentrarse en las montañas, hasta el punto distante del horizonte por donde el sol nace perezoso en las mañanas y se esconde juguetón cuando densos nubarrones anticipan un aguacero.

Aunque el ambiente no era propicio para expresar sus convicciones cristianas, se sobreponía y no desperdiciaba oportunidad para hablarles a los amigos de Cristo. Era una obsesión que rindió resultados con el paso del tiempo.

Dos de sus inmediatos colaboradores, uno el que arrastraba el vagón y el otro, quien les ayudaba a sacar la tierra por entre la angosta abertura de la superficie, terminaron aceptando a Jesús como Señor y Salvador.

Se conservó fiel. Cristiano en los buenos momentos, pero también en los más difíciles. Su fe permaneció indeclinable. Era ejemplo para todos en las minas y en el poblado. Y aunque muchos lo detestaban, no podían negar que en él había algo especial. Y ese “algo especial” no era otra cosa que su condición de siervo de Jesús.

Hombres que salen

A través de la historia muchos hombres y mujeres han sobresalido. Sus pensamientos que se vieron reflejados en acciones, testimoniaron de la fe que les acompañaba. Esas personas agradaron al Creador. Le honraban con sus actos.

En el comienzo de las generaciones leemos sobre un personaje así: “Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová. Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé” (Génesis 6:8, 9).

Guárdese fiel para el Señor. Su testimonio de vida cristiana es muy valioso. No se puede negociar por las luces que ofrece el mundo, que no son otra cosa que tentaciones de placeres, fama y hasta enriquecimiento. Muchos han marchado en ese camino para encontrarse con el fracaso.

Usted no fue llamado a renunciar a su vida cristiana ni a dejar de lado los valores y principios aprendidos en las Escrituras. Es hora que retome el sendero de fidelidad a Cristo y camine por él hasta el último instante de su existencia.



Autor: Pastor Fernando Alexis Jiménez
Ministerio: Heraldos de la Palabra

MEDITACION - Dios cuidará de ti y de tu familia

Dios cuidará de ti y de tu familia

Desde lo alto de la montaña, en el occidente de la ciudad, se apreciaba el anochecer de una manera diferente. Las luces de los edificios y de las casas, pasadas las seis de la tarde, comenzaban a encenderse y pronto --conforme las sombras se apoderaban de la urbe--, semejaban una gigantesca alfombra de luciérnagas que danzaban inquietas, mientras que los autos pasaban raudos por las avenidas.

Acostumbraba asomarse por la ventana de su humilde vivienda, y mientras su esposa se deleitaba escuchando las radionovelas y haciendo señales para que guardaran silencio y así no perder la trama del relato, él se deleitaba viendo crecer la noche.

El invierno empañaba la alegría de la oscuridad a la que encontraba particular encanto. Gruesos goterones caían sobre el techo de aluminio hasta convertirse en un sonido seco y permanente que obligaba a recogerse en casa temprano. Esas ocasiones también las disfrutaba, aunque lamentaba no poder ir al templo. Desde su conversión a Cristo, cuatro años atrás, no perdía reunión los miércoles y domingos.

Y fue su fe en Dios la que impidió que la tragedia fuera mayor. Un amanecer dominical, cuando se aprestaban a salir hacia el templo, escucharon el estruendo en el patio trasero y, como en una montaña rusa, se vieron lanzados hacia delante para, en cuestión de segundos, descubrir que había sido una avalancha de piedra y lodo.

Cuando los noticiarios fueron al lugar de los hechos, lo encontraron sereno. Él se limitaba a explicar: “Dios me guardó junto con mi familia”.

La protección divina

Si bien es cierto en muchas ocasiones las tragedias también tocan a las puertas de fieles creyentes en Jesucristo, no podemos desconocer que en el mayor número de los incidentes, la mano de Dios nos protege a nosotros y a la familia.

Es una característica amorosa de nuestro amado Padre que ha estado presente en toda la historia. ¿Recuerda a Noé? Dios lo salvó del diluvio, en medio de una generación perversa. Y no solo a él sino también a su esposa y sus hijos.

En la Biblia leemos que: “Dijo luego Jehová a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mi en esta generación”(Génesis 7:1).

Cuando eleve sus oraciones, pida asimismo por su familia. Y tenga presente que la fidelidad de muestro amado Señor se manifiesta igualmente con aquellos que están a nuestro lado. Es como una gallina que cubre con sus alas a los polluelos. Por algo somos su más preciado tesoro…



Autor: Pastor Fernando Alexis Jiménez
Ministerio: Heraldos de la Palabra

MEDITACION - ¡Cuando el corazón muere, los ojos no pueden ver!

¡Cuando el corazón muere, los ojos no pueden ver!

La Biblia pregunta: "¿Puesto que no son ocultos los tiempos al todopoderoso, como es que los que lo conocen no entienden sus días?" (Job 24:1).

En estos tiempos, en la iglesia, las visiones abundan. Cada día aparece alguien con una "nueva" visión. Ven muchas cosas, pero lo que no ven, es como La Palabra de Dios se esta cumpliendo de una manera impresionante.

De hecho, estos "visionarios", con sus extrañas visiones, son precisamente ellos mismos, una confirmación en si, puesto que el Señor Jesús en Mateo 24 profetizo que en los postreros tiempos "se levantarían falsos profetas (o videntes)". Esto es exactamente lo que no vemos, como la iglesia se ha plagado de falsos maestros y falsos maestros. Pero no es algo de lo que debamos extrañarnos puesto que el Espíritu Santo nos dice a través del apóstol Pedro, que "habrá entre nosotros falsos maestros, como hubo falsos profetas entre el pueblo, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aún NEGARAN AL SEÑOR que los rescató...". (2 Pedro 2.1).

De manera que mi intención es alertar a la iglesia en dos maneras. primero, llevándonos a entender que la apostasía laodiceana profetizada en Apocalipsis 3, es un hecho actual. Segundo, que es necesario, vital, preparar a la Iglesia para el rapto.

Quiero compartir mi visión. ¿Qué es lo que veo? Veo como la Palabra de Dios se esta cumpliendo, y veo a una iglesia que tiene ojos, pero no ve. Que el Señor "alumbre los ojos de nuestro entendimiento". (Efesios 1:18).



Autor: Julián Cahuana
Ministerio: Solo una voz más

MEDITACION - ¿Qué das para la obra de Dios?

¿Qué das para la obra de Dios?

El templo estaba a rebosar. No faltó nadie aquella mañana de domingo. Como si se hubiesen puesto de acuerdo para llegar puntuales, a pesar de que el cielo nublado amenazaba lluvia.

Sobre un costado, la hermana Juana, que siempre desentonaba en los coros pero a quien se veía en su rostro, que estaba en plena adoración al Señor. Juan, el diácono que peleaba con los niños que no se concentraban en la prédica del pastor, sobre todo cuando él hablaba sobre Apocalipsis. Ah, y tampoco Dolores, la fiel creyente que generalmente llevaba la bolsa para pedir las ofrendas y, si tú no le dabas, se paraba junto a ti y sacudía el pequeño saco hasta que, por vergüenza, debías echar un billete dentro.

El ministro explicó que se requería un dinero para cancelar una deuda del templo. “Necesitamos hermanos su generosa colaboración”, dijo desde el púlpito y leyó un versículo bíblico. Todos asintieron con la cabeza, consciente de que era un compromiso moral y espiritual contribuir a saldar el crédito.

Juan José vio cómo echaban billetes en la talega. Y, muy a pesar suyo, no podía eludir el momento. Cerró sus ojos, levantó las manos al cielo y clamó, duro. Supuso que al verlo tan espiritual, nadie osaría molestarlo. Y, por supuesto, no daría un solo centavo. Pero su esposa lo golpeó suavemente con el codo en el costado. El gruñó y, de mala gana, sacó un dólar y lo depositó. Hubiera querido tener la oportunidad de sacar sólo unas monedas.

¿Cuál es tu ofrenda para el Reino?

Si hablamos de ofrendar para el Reino de Dios, me identifico con usted en un hecho: es lamentable que hoy día muchos se parapetan tras el evangelio para vivir muy bien mientras que los feligreses pasan necesidades. De acuerdo también que decenas quieren vivir de estar en un púlpito y no trabajar.

Pero, ¿cuál es tu ofrenda no para los vivos sino para quienes trabajan con auténtico corazón para extender las Buenas Nuevas de Salvación? ¿Eres de aquellos que rebuscas en tu bolsillo las monedas que te sobraron al pagar la tarifa del autobús, o de aquellos que han tomado conciencia sobre la necesidad de ser generosos.

En la Biblia hallamos un pasaje que le invito a considerar: “Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas de lo más gordo de ellos. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante” (Génesis 4:3-5).

Dios sabe con qué ánimo estás ofrendando. Si lo haces de corazón o por compromiso. Pídele a Dios que quite de tu ser todo espíritu de tacañería y que te enseñe a honrarlo con tus aportes, con un solo fin: que el Evangelio se predique hasta en el último rincón de la tierra.

Autor: Pastor Fernando Alexis Jiménez
Ministerio: Heraldos de la Palabra

MEDITACION - Sin itinerario en el camino

Sin itinerario en el camino

¿Le ha ocurrido alguna vez que debe llegar a algún sitio específico en donde le esperan pero usted, salvo unas pocas indicaciones, no conoce la ruta?

Esa fue la situación de Bernardino Arévalo Mosquera, un ciclista del sur de Colombia que emprendió una carrera desde su lejano Tumaco, junto al mar, con el propósito de llegar hasta Santafè de Bogotá. Sobra decir que, como pescador rústico, no tenía un caballito de acero propio de un corredor profesional sino del mismo modelo que utilizaba el cartero para llevar las encomiendas a las casas.

Pedaleaba con ánimo, con furia, con desespero, con el fin de llegar a su meta, con la diferencia de que no se trataba de un circuito nacional seguido por cámaras de televisión o reporteros de radio, sino por su propia voluntad. Deseaba conocer la capital del país y como no tenía dinero, decidió avanzar y avanzar.

En cada ciudad o pueblo encontraba una indicación. Nunca supo qué vendría después. Pero tenía claro que si seguía conforme le señalaba una flecha, llegaría a la enorme y populosa ciudad.

Logró su objetivo un mes después. Para ese momento, muchos periodistas se habían interesado en el caso del “quijote de las autopistas”, como lo bautizaron en varias crónicas. Y lo recibieron con chocolate caliente y pan.

“¿Cómo arribé hasta aquí? Sencillo. Siguiendo las indicaciones”, dijo al tiempo que acompañó su respuesta con una sonora carcajada, captada por el noticiario de televisión que transmitió la nota.

Nuestro problema

¿Qué nos impide cumplir los planes y propósitos de Dios en nuestra vida? La respuesta es sencilla: nuestro deseo de tener todo bajo control. Cuando algo sale del manejo que damos a las circunstancias, nos embarga el temor y dudados de si estamos en el camino correcto o no.

Al examinas este principio común a todo ser humano, vale la pena recordar el llamamiento que Dios le hizo a Abraham, en su lejano territorio de Caldea: “Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré” (Génesis 12:1).

El Señor no le mostró todo el itinerario a seguir. Simplemente le trazó paso a paso, la ruta. No fue en un abrir y cerrar de ojos, sino poco a poco, un día a la vez.

Es probable que Dios haya hecho una promesa a su vida. Y usted quiere ver que se cumpla ya. Pues le tengo noticias: no será a su manera sino a la de Dios. Y Él se toma su tiempo para guiarnos. Es a tu ritmo y no al nuestro. Le invito a descansar en Ele en oración, sabiendo que si camina tomado de su mano, lo llevará a puerto seguro.



Autor: Pastor Fernando Alexis Jiménez
Ministerio: Heraldos de la Palabra

MEDITACION - Agradece a Dios al comenzar y terminar el dia

Agradece a Dios al comenzar y terminar el dia

Estaba cansado. Dejó el portafolio en un sofá, se dirigió al refrigerador, sacó leche y pastel y se abandonó a ver televisión. El día bahía sido agotador. En la mañana compartió una lección en el devocional, en el templo. Al llegar a la oficina, impartió una enseñanza del evangelio a los empleados. Prosiguió su itinerario atendiendo proveedores—algunos de ellos demasiado difíciles—y cerró con una predicación a toda la congregación.

Pastor bivocacial, lo llamaba su denominación. Él prefería que le dijeran su nombre. No era tanto el ser reconocido como pastor lo que le preocupaba, sino cumplir su misión en la obra de Jesucristo.

En la televisión estaban transmitiendo un concurso de conocimiento. A cada pregunta respondida correctamente, se sumaba un puntaje. Él no estaba prestando mayor atención porque tenía los ojos cargados de sueño.

Apagó el receptor, conectó el contestador telefónico y se dirigió a su habitación, pero sabía que –pese al sueño—debía hacer algo primero. Se arrodilló y comenzó a orar.

En la intimidad de la pieza sintió la presencia de Dios. Siempre era así. Él estaba allí. No le cabía la menor duda. Y sólo así tuvo la tranquilidad necesaria para reposar. Mañana sería otro día. Tal vez la jornada sería más dura, pero guardaba la tranquilidad de estar cumpliendo la misión a la que había sido llamado por Jesús.

Tal vez le ha ocurrido

Al igual que usted, he llegado sumamente cansado muchas veces. Un jugo tal vez y a la cama. Un deseo irrefrenable de dormir. Sentimos el peso de todo un día sobre nuestros hombros. Pero no podemos desconocer algo: al comenzar y terminar toda jornada, es necesario hablar con Dios.

Él es quien nos llena de fortaleza. También nos guía. Va con nosotros de la mano, sin importar cuán tenebroso sea el sendero. Por esa razón debemos mantener intima relación con él, a través de la oración.

Ese principio de vida de fe lo había asumido Abraham, tal como leemos en las Escrituras: “Y pasó Abram por aquella tierra hasta el lugar de Siquem, hasta el llano de Morè; y el cananeo estaba entonces en la tierra. Y le apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido” (Génesis 12:6-7).

No importa cuán desfalleciente esté. Tome así sea unos pocos minutos para levantar altar a Jehová. Reconózcale en todos sus caminos. Jamás lo olvide: es un principio de victoria…



Autor: Pastor Fernando Alexis Jiménez
Ministerio: Heraldos de la Palabra

MEDITACION - Dios guardará nuestra mente

Dios guardará nuestra mente

Iba corriendo, con desespero, sin mirar a ningún lado, ajeno al rumor del río Cali que corría sobre un costado de la avenida. El hombre estaba ajeno a la realidad del momento. Lo movía una fuerza interna, que él no controlaba. Era como si estuviera impulsado.

Lo vieron desde el segundo piso de una clínica cercana y la dependiente de una cafetería. No prestaron atención. “Tal vez desea llegar temprano a una cita”, pensaron.

Era mediodía. Los autos iban de un lugar a otro. Cada quien ocupado en llegar temprano a casa para el almuerzo.

El hombre seguía su carrera. Iba en contravìa. No le preocupaba la bocina de un auto que por poco le atropella, ni la voz de la mujer que vendía dulces en la cerca y que le gritó: “Tenga cuidado”.

Se arrojó a un microbús. El impacto fue brutal. Rompió el parabrisas. Él cayó sobre el pavimento. Nadie entendió por qué.

Cuando bajaba por aquella arteria vehicular, vi. la escena. Pocos minutos antes había ocurrido. Una mujer, de rodillas y mientras abrazaba el cuerpo, no podía comprender qué había ocurrido. Sólo decía que él era presa de la desesperación. Nunca pensaron que fuera a tomar una decisión así, en medio de una crisis nerviosa.

Un estado mental

El diario matutino reportó, horas después, que se trabaja de un trabajador de la construcción con un desequilibrio mental. Nadie prestó atención a sus altibajos en el estado de ánimo, que otrora estaba arriba y ora abajo.

Muchas veces dijo que estaba angustiado e incluso, que había contemplado la posibilidad de quitarse la visa. Pero pensaron que era teatro o quizás, una manifestación extrema. Pero lo hizo. Sin duda le tomó tiempo decidirse, hasta que llegó el momento.

A quienes me escriben a diario sobre dificultades fruto de altibajos en su sistema nervioso, les recuerdo el pasaje bíblico que dice: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado” (Isaías 26:3).

En momentos de angustia, el mejor camino es ir a Dios en oración. Él trae paz a nuestro corazón y con su ayuda, y nada más que con su ayuda, nos permite recobrar la tranquilidad. ¿Estás dispuesto a intentarlo?



Autor: Pastor Fernando Alexis Jiménez
Ministerio: Heraldos de la Palabra

sábado, 15 de mayo de 2010

BOSQUEJO BIBLICO - El hombre necesita de Dios

El hombre necesita de Dios

INTRODUCCIÓN

Aunque por el orgullo miserable muchos han negado manifestar su necesidad de Dios, aduciendo su capacidad propia de resolver sus problemas. Sin embargo, la misma experiencia del ser humano ha dejado en evidencia la necesidad que éste tiene de Dios, por más que sea capaz no se escapa de necesitar del Todopoderoso.

1.Cuando David era perseguido por el Rey Saúl, necesitó de Dios: “con mi voz clamaré a Jehová; con mi voz pediré a Jehová misericordia” (Salmos 142:1; 1 Samuel 22:1).

- En el momento del peligro, David, el que más tarde sería Rey de Israel, necesitó de Dios.

- Aunque ya haya derrotado a Goliat, el gigante filisteo, no confió en su capacidad propia.

- Es más, demostró cobardía ante el peligro de muerte, pidiendo misericordia a Dios para que no fuese asesinado por Saúl.

- En los momentos difíciles, donde se pone en juego la vida, el más valiente necesita de Dios.

2.El Rey rebelde de Babilonia, Nabucodonosor, después de ser castigado reconoció la grandeza de Dios: “Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia” (Daniel 4:37).

- Cuando este Rey se encontró en la bajeza humana necesitó de Dios “…alcé mis ojos al cielo y mi razón me fue devuelta” (vr. 34)

- Aquel hombre lleno de orgullo alabó a Dios, demostrando su necesidad de él “…y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre…”(vr. 34)

- Muchos reconocen la grandeza de Dios, al estar sumidos en los problemas de la vida.

- Otros claman a Dios cuando se encuentran al borde de la muerte, esto manifiesta la necesidad de Dios.

3. El hombre necesita de Dios por ser parte de la propiedad de él: “de Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo y los que en el habitan. Porque él la fundó sobre los mares, y la afirmó sobre los ríos” (Salmos 24:1-2).

- El ser humano vive de lo que es del Creador, así sea el más distinguido entre los demás.

- Dios es el Gran Proveedor de los satisfactores humanos por ser el Hacedor.

- El hombre vive en propiedad ajena porque de Dios es todo lo que existe.

- Todos los hombres y las mujeres renecesitan de Dios por ser el Creador de todas cosas.

CONCLUSIONES

El llamado es: que las personas manifiesten su necesidad de Dios, dejando el orgullo y la actitud vanidosa de ignorar lo que Dios es. Hay una vida eterna, y hay un castigo eterno. La necesidad de ser salvo en Cristo debe ser manifestada ahora, para evitar la condenación eterna.



Autor: Antonio González

BOSQUEJO BIBLICO - 24 Horas para meditar

24 Horas para meditar

"Me sedujiste, Señor, y yo me dejé seducir! Fuiste más fuerte que yo, y me venciste." Jeremías 20:7

INTRODUCCIÓN:

Jeremías el profeta llorón, en este versículo, se encuentra en una difícil prueba. El Sacerdote Pasur lo ha enviado al Cepo. Dura prueba para un hijo de Dios. Notamos en el capitulo 20, que el Cepo estaba cerca de la entrada del Templo. La gente pasaba y se burlaba de Jeremías. Jeremías por su parte escuchaba los cánticos en el Templo y se acordaba de Dios seguramente, y de porque se había dejado convencer de ser su ministro.

Deduzco que Jeremías durante esa noche, tuvo tiempo para pensar en grandes pasajes de la Biblia, a saber:

1. DONDE ESTA TU DIOS: Salmo 42

Jeremías debió haberse sentido como los hijos de Core a los que el Salmo 42 hace referencia. La gente pasaba y preguntaba Donde esta tu Dios?. Que pasó con el Dios de quien Hablas Jeremías. No te pudo librar?. Pero Jeremías recuerda el salmo 42 y se refresca en su Espíritu, al meditar en que Jehová es su Salvación, la Fortaleza de su vida. Espera en Jehová, porque aun he de alabarle.

2. JOB Y SU LUCHA. (Libro de Job).

Situación similar a la Jeremías le sucedió a Job, El hijo ejemplar de Dios, alguien conocido hasta por el mismo Satanás, por su modelo de Hijo de Dios. Pero llega la prueba para los santos también. Jesús le dijo a Pedro. Han pedido permiso para zarandearte. Jesús lo da, y también da la fe, para que sus siervos resistan.

Job logra mantener su integridad, y dice, Yo se que mi Redentor Vive...

3. JEREMÍAS ENGAÑADO.

El profeta se siento burlado por Dios. Al igual que muchos cristianos que llegamos al Señor, y pensamos que nuestros problemas se acabaron. Error, también hay permiso para que se nos zarandeé, con enfermedades, problemas económicos, escaseces, etc. Pero en nuestra Debilidad somos mas Fuertes dice el Apóstol Pablo.

Pasadas las 24 Horas Jeremías se da cuenta que no puede decirle NO a Dios. Nadie puede, porque su Espíritu Santo es como un Fuego ardiente dentro de nuestros huesos. Jamás podremos afrentar a Dios por las pruebas que nos vengan, jamás podremos negarnos a un ministerio, si Dios nos quiere para ello. (No ardía nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino?).

Jeremías finalmente comprende que Dios le acompaña como Poderoso Gigante a su Lado. Si el Gigante que es Dios nos acompaña, nada ni nadie nos podrá hacer frente. ¿Quien podrá contra Dios?. Nadie.

CONCLUSIÓN:

¿Cuantas veces las pruebas nos hacen tambalear en nuestra vida espiritual?

¿Cuantos cristianos han retrocedido en sus 24 horas en el Cepo?

¿Cuantos no hemos entendido el propósito de Dios, y hemos retrocedido?

Si tu estas pensando retroceder, no lo hagas. Jesucristo sigue siendo tu Gigante. Él es el
mismo de ayer y de hoy por los siglos de los siglos. Amen



Autor: Marco Portillo
Ministerio: Asamblea Apostolica