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lunes, 17 de mayo de 2010

MEDITACION - ¡Arroje esa carga de culpa...!

¡Arroje esa carga de culpa...!

El cartel lucía irónico frente a la casa: “Peligro, aquí vive un agresor sexual. Si ve un comportamiento sospechoso, llame al siguiente teléfono...”. Las letras rojas y negras resaltaban en el tablero de madera con fondo blanco. Contrastaban con una planta de rosas a medio crecer, en el portal. ¿El lugar? El pequeño poblado de Corpus Christi, en Texas, Estados Unidos de América.¿La razón? El letrero forma parte de la condena que le impuso un juez a catorce exconvictos. “La idea es que todo el mundo los mire” dijo el juez a una cadena internacional de televisión, al defender su sentencia.

Pero mientras él lo ve desde esa perspectiva, para John Robert L., la decisión judicial es una verdadera pesadilla. “Hace cinco años que cometí ese delito, y todavía me señalan. Mi esposa y los niños reciben constantes insultos”, opina. Han contemplado la posibilidad de mudarse de barrio, pero lo más probable es que allá les cobije la medida.

Desde 1997 la legislación estableció en Texas que los jueces pueden ordenar a los condenados por ofensas sexuales que se registren en agencias policiales de su localidad para que sus nombres, fotografías y delitos, sean colocados en Internet....

Arrastrando el oprobio y la culpa

Al igual que los protagonistas de esta historia, millones de personas en todo el mundo arrastran el oprobio, la culpa y una pesada carga de conciencia. Les agobian sus pecados, la falta de amor hacia los demás, el rencor, la envidia y la sensación permanente de fracaso. ¿La razón? Todavía no han comprendido ni aceptado el perdón que nos dio nuestro amado Señor Jesucristo en la cruz.

Puede que usted lleve un buen tiempo en la iglesia, que sea líder de su congregación, pero si persiste en su ser el desasosiego, una “señal” de culpa que siente le acompaña donde va y no lo deja vivir en paz, es porque aún no ha aceptado el perdón de nuestro amado Jesús.

¿Recuerda a los dos condenados a la cruz, que estaban junto al Señor Jesús? Enfrentaban el mismo destino: la muerte. Uno de ellos, en los umbrales del más allá, aceptó el perdón: “Luego dijo: Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino”,”Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”, le contestó Jesús” (Lucas 23:38-43 Nueva Versión Internacional)

Cuando volcamos todo lo que hayamos hecho en el pasado, delante de Dios, El nos quita la carga de los hombros. Nos perdona sin recriminaciones. Nos acepta tal como somos. Cuando vamos a El, Jesucristo nos recibe. Ese es el secreto de poder caminar en paz, tanto espiritual como material. Sin temor a un dedo acusador. Sabemos que Dios nos perdonó, y eso basta...El reo de muerte, junto a Jesús, lo hizo...y recibió una nueva oportunidad...



Autor: Pastor Fernando Alexis Jiménez
Ministerio: Heraldos de la Palabra

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