Predicas para Jovenes

lunes, 17 de mayo de 2010

MEDITACION - Sin itinerario en el camino

Sin itinerario en el camino

¿Le ha ocurrido alguna vez que debe llegar a algún sitio específico en donde le esperan pero usted, salvo unas pocas indicaciones, no conoce la ruta?

Esa fue la situación de Bernardino Arévalo Mosquera, un ciclista del sur de Colombia que emprendió una carrera desde su lejano Tumaco, junto al mar, con el propósito de llegar hasta Santafè de Bogotá. Sobra decir que, como pescador rústico, no tenía un caballito de acero propio de un corredor profesional sino del mismo modelo que utilizaba el cartero para llevar las encomiendas a las casas.

Pedaleaba con ánimo, con furia, con desespero, con el fin de llegar a su meta, con la diferencia de que no se trataba de un circuito nacional seguido por cámaras de televisión o reporteros de radio, sino por su propia voluntad. Deseaba conocer la capital del país y como no tenía dinero, decidió avanzar y avanzar.

En cada ciudad o pueblo encontraba una indicación. Nunca supo qué vendría después. Pero tenía claro que si seguía conforme le señalaba una flecha, llegaría a la enorme y populosa ciudad.

Logró su objetivo un mes después. Para ese momento, muchos periodistas se habían interesado en el caso del “quijote de las autopistas”, como lo bautizaron en varias crónicas. Y lo recibieron con chocolate caliente y pan.

“¿Cómo arribé hasta aquí? Sencillo. Siguiendo las indicaciones”, dijo al tiempo que acompañó su respuesta con una sonora carcajada, captada por el noticiario de televisión que transmitió la nota.

Nuestro problema

¿Qué nos impide cumplir los planes y propósitos de Dios en nuestra vida? La respuesta es sencilla: nuestro deseo de tener todo bajo control. Cuando algo sale del manejo que damos a las circunstancias, nos embarga el temor y dudados de si estamos en el camino correcto o no.

Al examinas este principio común a todo ser humano, vale la pena recordar el llamamiento que Dios le hizo a Abraham, en su lejano territorio de Caldea: “Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré” (Génesis 12:1).

El Señor no le mostró todo el itinerario a seguir. Simplemente le trazó paso a paso, la ruta. No fue en un abrir y cerrar de ojos, sino poco a poco, un día a la vez.

Es probable que Dios haya hecho una promesa a su vida. Y usted quiere ver que se cumpla ya. Pues le tengo noticias: no será a su manera sino a la de Dios. Y Él se toma su tiempo para guiarnos. Es a tu ritmo y no al nuestro. Le invito a descansar en Ele en oración, sabiendo que si camina tomado de su mano, lo llevará a puerto seguro.



Autor: Pastor Fernando Alexis Jiménez
Ministerio: Heraldos de la Palabra

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